Ha pasado casi un año desde que la FIA anunció las directrices para el estudio de los motores que tendrán los coches de la Fórmula 1 a partir de 2026. Todo debería estar claro: desde hace varios meses, los ingenieros de Ferrari, Mercedes, Alpine, Honda, Audi y Red Bull Powertrains están sentando las bases de la nueva unidad de potencia, que se basará en un motor endotérmico V6 de 1,6 litros (alimentado por una nueva generación de combustibles), combinado con un MGU-K con una potencia eléctrica tres veces superior a la actual (476 CV) y equivalente a la que garantiza el V6.
Todo está claro y definido desde hace tiempo, pero Red Bull ha planteado dudas recientemente. Christian Horner habló de los puntos más criticados que surgieron al analizar en detalle los planes. «Sólo cuando empiezas a trabajar en un proyecto descubres dónde están los límites», explicó el jefe de Max Verstappen y Sergio Pérez. «Al evaluar la nueva unidad de potencia combinada con lo que equipará el monoplaza, quedó claro que habrá un impacto significativo en el peso total. Ya tenemos coches que se acercan al peso de un deportivo, y creo que esto volverá a subir, al menos 30 kilos».
«Creo que hay innovaciones muy positivas en el reglamento de 2026, como el combustible sostenible, pero creo que debemos prestar atención urgente antes de que sea demasiado tarde también a otros aspectos, como la relación entre energía endotérmica y eléctrica. Tenemos que asegurarnos de no crear una especie de ‘Frankenstein’ técnico que habrá que compensar con la aerodinámica activa«.
«Si se hace indispensable reducir al máximo la resistencia aerodinámica, acabaremos eliminando por completo el ‘efecto estela’, incluido el DRS. Tal y como están diseñados ahora estos motores la unidad endotérmica se convertirá en un generador para recargar la batería, la relación está demasiado desequilibrada a favor de la parte eléctrica. Aún nos quedan dos años y medio, y creo que una corrección garantizaría muchos menos problemas», añadió Horner al respecto.
Pero el team principal del equipo de las bebidas energéticas subió más el listón: «La Fórmula 1 tiene que seguir siendo carreras de coches, con batallas rueda a rueda. No podemos permitirnos que los pilotos reduzcan la velocidad en las rectas para recargar la energía. Sé que la FIA se está tomando estos aspectos muy en serio, y está vigilando muy de cerca todas las cuestiones a medida que las simulaciones avanzan». Y a continuación, hizo una propuesta: «Bastaría con desplazar la relación de potencia térmica/eléctrica del 50/50 actual al 60/40, tendría un efecto significativo, empezando por el peso de las baterías, que con el reglamento original tendrán un tamaño colosal».

Obviamente, no se hizo esperar la respuesta de Toto Wolff, el máximo responsable de Mercedes: «Tenemos que acertar con la normativa en el chasis porque tenemos una unidad de potencia desafiante que será muy eficiente y vanguardista en términos de arquitectura. Es muy importante para la Fórmula 1 mantenerse a la vanguardia de la innovación, lo que significa que tenemos que definir y construir un coche que tiene que ser muy eficiente aerodinámicamente para compensar la pérdida de energía. Creo que lo que más le asusta [por Horner] es que quizá su programa de motores no funcione, y tal vez quiera intentar cambiar las reglas. Siempre hay que preguntarse cuáles son las verdaderas motivaciones detrás de una postura».
«¿Volver a discutir el reglamento? No ocurrirá, cero posibilidades«, dijo el jefe de Lewis Hamilton y George Russell. «No sé por qué salen estas cosas ahora. Desarrollamos el reglamento durante muchos años, implicando a todas las marcas. Fue un compromiso que convenció a Audi para entrar en la Fórmula 1 y a Honda para quedarse, y eso es bueno para nuestro deporte. Será un reto, pero este reglamento ya no cambiará y no se pospondrá, estamos muy motivados por este reto técnico. Me parece pesimista la visión de los que piensan que los pilotos tendrán que levantar el pie en las rectas: no hay que pensar en los nuevos motores adaptados a los monoplazas actuales, sino a una nueva generación de coches, y creo que será fantástico ponernos a todos a prueba».
«Desgraciadamente esto es típico de Toto«, replicó Horner. «Él sólo se centra en las necesidades personales, mi interés está realmente en el deporte en general, hablo como aficionado a la F1 y creo que hoy es demasiado pronto para decir quién tendrá un motor más competitivo y quién menos. Al contrario, hoy todos tenemos la responsabilidad de trabajar con la FIA y Liberty Media para que el producto sea el mejor posible. De lo contrario, el fracaso será de todos, sin excluir a nadie«.

Hay que recordar que, en el último año, es decir, tras rematar el reglamento de motores de 2026, hay un aspecto que ha contribuido a cambiar el escenario, y es el relacionado con los carburantes. La Fórmula 1 ha lanzado el uso de combustibles 100% sostenibles a partir de esa temporada.
En el paddock hay quien se pregunta si el estudio y la construcción de una nueva unidad de potencia es realmente necesario teniendo en cuenta que el objetivo «verde» quedará garantizado sólo con el uso de combustibles de nueva generación. Si parte del capital que se invertirá en la construcción de los nuevos motores se hubiera desviado al desarrollo de combustibles sintéticos, quizá la Fórmula 1 habría abierto un camino más decisivo que también parece viable para los coches de calle.
Hace dos años, en una entrevista concedida a Motorsport.com, Sebastian Vettel pareció predecir el escenario en relación con las decisiones tomadas, y no tomadas, por quienes llevan los mandos del Gran Circo. «Creo que nuestro deporte tiene una gran oportunidad de ir en la dirección de los carburantes sintéticos introduciéndolos lo antes posible», explicaba el cuatro veces campeón del mundo.
«Hoy en día no tiene sentido dejarse influir por los intereses personales de un constructor concreto, hay algo mucho, mucho más grande en juego, y creo que podríamos utilizar nuestros recursos, es decir, el saber hacer que posee la Fórmula 1 con toda la gente inteligente que trabaja en este mundo, con los recursos, las instalaciones y también el capital que el deporte puede destinar. No olvidemos lo mucho que se ha gastado durante diez años en una unidad de potencia supereficiente que no tiene relevancia para la próxima generación de coches de calle«.
En efecto, la F1 ha creído en los combustibles «verdes», pero hay dudas sobre el hecho de que alimentarán motores que son complejos, caros y que harán que los monoplazas sean aún más pesados. ¿Era esto realmente necesario, o el propio ejercicio de ingeniería representa el espíritu de la Fórmula 1? La alarma (de Horner, pero no sólo suya) no sonó en el momento del lanzamiento del nuevo reglamento, sino cuando empezaron las primeras simulaciones de los monoplazas completos.
Dando por descontado a estas alturas que en materia de motores Horner tendrá que resignarse, dado que es poco probable que la FIA meta mano en el reglamento, es necesario sin embargo que la Federación siga en tiempo real las simulaciones de los equipos, cada vez más detalladas a medida que avanzan los trabajos.